¡Alégrate!

El Arcángel Gabriel es enviado desde lo alto para decir a la Madre de Dios: "Alégrate" y, al verte, Señor, encarnarte, al tiempo que lo dice, exclama maravillado:

Alégrate, resplandor de gozo.

Alégrate, por ti el mal ha desaparecido.

Alégrate, tú levantas a Adán de su caída.

Alégrate, por ti, Eva no llora ya.

Alégrate, montaña inaccesible a los pensamientos de los hombres.

Alégrate, abismo impenetrable hasta para los ángeles.

Alégrate, tú eres el trono y el palacio del Rey.

Alégrate, tú llevas al que lo lleva todo.

Alégrate, estrella que anuncia el Sol naciente.

Alégrate, tabernáculo de la divina Encarnación.

Alégrate, tú renuevas a toda criatura.

Alégrate, por ti el Creador se hace Niño pequeño.

¡Alégrate, Virgen y Esposa!

 

(AKATHISTOS, Primera Estancia - Ikos 1)